Si eres un apasionado de los huevos trufados, te gustará probarlos de todas las formas posibles. Hoy te contamos una manera distinta y muy sabrosa de tomarlos: ¡en pizza!
Lo ideal es contar con trufa fresca para poder trufar los huevos con una porción unos días antes. Si la tienes congelada y no puedes trufarlos previamente también puedes seguir esta receta rallando el hongo por encima justo antes de consumirla.
Saca el paladar italiano que llevas dentro y prepárate para este festival de sabores. Receta italiana… pero mejorada con la mejor trufa negra de Teruel.
Sin lugar a dudas, la Tuber Melanosporum le dará a la pizza un toque aromático y un sabor totalmente diferente. Una buena trufa negra es clave pero, además, te recomendamos que emplees otros ingredientes de calidad, como una masa casera y queso mozzarella fresco, en bola.
Ingredientes (4 personas)
- 500 g de harina
- 25 g de levadura fresca
- 250 ml de agua
- 1 pizca de sal
- 4 cucharadas de aceite de oliva
- Salsa de tomate frito (mejor casera)
- Orégano y otras hierbas aromáticas
- 2 bolas de mozzarella
- 2 huevos grandes
- 15-20 gramos de trufa negra Trufato
Paso a paso
En primer lugar, hay que pensar en hacer esta receta con cierta antelación.
Si es temporada de trufa negra (mediados de noviembre a mediados de marzo), lo mejor es hacer la pizza con huevos trufados. Para ellos, tendrás que guardar los huevos un par de días antes junto a una porción de trufa negra en un envase hermético en la nevera.
Esta receta será un recetón si la preparas con masa casera, así que ten en cuenta que debes dejarla reposar antes, una media hora. Mezcla la harina con el agua hasta que consigas una masa homogénea. Añade la sal, el aceite de oliva y la levadura y amasa.
Haz una bola con la masa, tápala con un paño húmedo y déjala en reposo durante una media hora. Precalienta el horno a 200° y al término de ese tiempo, estira la masa con un rodillo sobre una superficie limpia y lisa, previamente enharinada para que no se pegue. Pínchala con un tenedor y métela en el horno a 180 ° para que se haga ligeramente durante unos minutos.
Saca la masa del horno y cúbrela entera con una mezcla de tomate frito casero y orégano (también puedes usar un preparado de hierbas aromáticas para pizza). Corta a rodajas las bolas de mozzarella y repártelas por toda la superficie. Mete la pizza en el horno durante unos 15 minutos a 180 ° y gratina durante unos minutos al final.
Mientras la pizza termina de hacerse, pon aceite a calentar y antes de que comience a echar humo, fríe los huevos, saca la pizza y colócalos sobre ella.
Para terminar esta obra de arte culinario, sólo tienes que utilizar un rallador de trufas para cubrir la pizza con láminas de trufa negra.
¡Y ahora a disfrutar!